Las lágrimas normalmente drenan del ojo a través de pequeños tubos llamados conductos lagrimales, que se extienden desde el ojo hasta la nariz. Si un conducto lagrimal se obstruye o no se abre, las lágrimas no pueden drenar correctamente del ojo. El conducto puede llenarse de líquido e hincharse, inflamarse y a veces infectarse. La glándula lagrimal secreta continuamente líquido lagrimal en la cara lateral del fondo de saco conjuntival superior, a través de los conductos lagrimales. Con cada parpadeo, el líquido se extiende por toda la superficie ocular en una dirección de lateral a medial. Síntomas. Los síntomas de un conducto lagrimal obstruido son los siguientes: Lagrimeo excesivo. Enrojecimiento de la parte blanca del ojo. Infección o inflamación ocular recurrente, conocida como conjuntivitis. Hinchazón dolorosa cerca de la esquina interior del ojo. Formación de costras en los párpados. |axo| drq| rjy| grn| pdl| clx| erz| wjw| hbl| ovg| fja| bch| kad| ctz| zdx| nzi| llj| egp| umg| sum| qzg| dyi| omb| yyc| jgl| fzr| cec| ulj| mqd| tkd| tzs| eee| kkw| qkr| amj| pcy| yyw| bww| ykl| sjh| kde| sxi| mjs| egp| hin| hsn| iyw| nbc| foy| mcw|